En la segunda etapa fuimos desde Castilblanco de los Arroyos hasta Monesterio...

... y nos encontramos, unos kilómetros antes de llegar a El Real de la Jara a un francés, que viajaba solo y que había pinchado tantas veces que ya no tenía parches.

Le reparamos los pinchazos, le montamos la rueda, le dimos parches nuevos, le llenamos el bidón de agua ya que estaba más seco que.... estaba más seco que...(coño, no se me ocurre nada) bueno, pues que estaba sin agua el tío, y casi casi le dimos un beso, porque nos miraba con una cara de agradecimiento que se nos ponía la piel de gallina.

Finalmente, esa tarde llegamos al bonito pueblo de Monesterio.