Último día en Santiago

Esto se acaba. Bueno, no. No se acaba sino que empieza algo nuevo.
A partir de ahora empezaremos a daros la paliza a todos contando nuestras aventuras. Esto es como la mili, que dura años y años.
Ayer Maika y Berta nos obsequiaron con una estupenda cena en el ático rural de Maika. Es un sitio "de lujo", un paraiso dentro de la ciudad. Que gusto más bueno tienes, chavala. Precioso.




A estos dos mocetones no los habíamos presentado aún. Son Yago y Unai, los dos hijos de Maika.



Entonces, como os digo, estuvimos cenando y charlando un poco. Pablo no nos acompañó porque tenía que arreglar su viaje a Lisboa y Fátima y sus vuelos a Mallorca, así que se metió en el Ciber de debajo de casa.
Y como por arte de magia, o telepatía o nosequé, a la vuelta nos encontramos de frente con él en la calle. Así que seguimos comentando la jugada.

Hicimos unas risas porque entre Felipe y Pablo no sabían donde dejar la llave de casa cuando fuimos a cenar por separado y al final encontraron un sitio.


Hoy por la mañana hemos desayunado en el comedor de la universidad. Es que hay que buscarse la vida, y a Felipe y a mi nos la ha buscado el pibe. Que tío. Ya sabía que en la uni nos iban a dar bien de desayunar y barato, así que allá hemos ido.
El tío es un crack y ya se lo dijimos anoche. Es envidiable la forma que tiene de decidir en un momento el lugar al que se va, la forma de conseguir el transporte, las cosas que tiene que llevar...

Bueno, la cosa es que esta mañana, después del desayuno hemos dado una vueltecita por Santiago haciendo tiempo para la misa del peregrino.





Nos hemos metido en el café casino para tomarnos unos cafeses. El local es del año 1873 (me lo está chivando Felipe, porue yo ni me acordaba.... qué memoria tiene el tío!) y es bonito de verdad. Conserva toda la madera de las paredes, con tallas y esas cosas, muebles de esos antiguos en los que te renpanchingas agusto... bueno, una delicia de sitio. Y además no se permitía fumar dentro, jejjejej.



La misa del peregrino se celebra todos los días a las doce y allí estábamos como clavos. Bueno, antes ya habíamos ido a abrazar a Santiago, aprovechando que no había nadie todavía.
En la misa, el cura lee la lista de los preregrinos que han llegado ese día... y nosotros atentos para ver si nos nombraba y nada. O se ha saltado a los tres bilbainitos o no se que ha pasado.
Bueno, no importa porque le perdonamos.
No han sacado el botafumeiro. Que pena, porque la verdad es que impresiona. Sobre todo si te pones debajo jajajjajja. No, en serio, en el techo se ven los leñazos que algunas veces le da el cacharro... y es que ya se sabe que los curas que tiran de él desayunan caldo gallego y esas cosas ricas.






Así que nada. Después de comer nos hemos despedido de Pablo con mucha pena, como buena despedida que se precie.



Nosotros nos volvemos mañana para Bilbao pero estad atentos, porque no os creais que esto es lo último que vamos a escribir... ni mucho menos. Os seguiremos dando la paliza allá donde esteis, os seguiremos y os haremos ver nuestras fotos y leer nuestras andanzas. Temblad!!!! JJjajjjjajjajajajjaajaaaaaaaaaaa (esto con eco y voz profunda, por favor).
Dosenviados al ataqueeeeeee.